Sonríe y llora lo que necesites, no malgastes lágrimas. Cáete, levántate, las veces que haga falta para darte cuenta de lo fuerte que eres. Jura y perjura que nunca lo volverás a hacer tantas veces como quieras. Miente lo imprescindible y haz daño lo justo. Ama tanto como puedas, pero con cuidado de que no te hagan sufrir. Simplemente haz lo que quieras "pero te suplico que nunca pierdas esa preciosa sonrisa que me vuelve loca"
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