En los centros de acogida, casas cuna y demás instituciones, los niños no suelen estar una larga temporada.
El tiempo que pasan allí suele ser breve aproximadamente unos tres años, a no ser que sufran condiciones especial y tengan que permanecer en ellos más tiempo aunque no es lo normal, ya que transcurrido un tiempo los niños vuelven con sus familias, son dados en adopción o pasan a una casa de acogida.
Con este tipo de niños hay que tener especial cuidado, ya que las experiencias previas a llegar al centro suelen ser negativas.
Lo ideal para estos niños es que los cuidados básicos se los proporcione siempre la misma persona, para que no se confunda el niño, cada educador debe de encargarse de un grupo de niños, no mayor a 5 miembros, así la figura de apego se centrará en su cuidador principal y el niño no se sentirá confuso.
Este tipo de apego es transitorio, ya que dura el tiempo que el niño está institucionalizado.
Cuando los niños entran en un plan de acogida o adopción, lo ideal es que se tome el contacto con la nueva familia progresivamente, es decir:
Las primeras semanas la familia debe acudir al centro para que el niño se familiarice con su presencia.
Posteriormente el niño pasará unas horas fuera con su nueva familia, conociéndoles a ellos y a su nuevo entorno aunque debe de dormir en el centro.
Más tarde ya se irá a vivir con ellos, aunque al principio deberá seguir mantiendo relación con su educador.
Jhon Bolwby: psiconalista que introdujo el término de Apego.
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